lunes, 27 de febrero de 2012

Un día de miedo


Esta semana estuve pensando mucho en por qué engañé a mi novio, y llegué a la conclusión de que solo fue el momento. Estaba tomada y las cosas se dieron. Pero no quiero que la relación que tengo se acabe por un error tonto. Así, decidí hacer como que nada pasó.

Pensé que iba a ser un fin de semana muy aburrido porque no me dejaron salir, ya que al final mi mamá sí me castigó.

El sábado temprano mi abuela le preguntó a mi mamá si la podía llevar al panteón porque su papá cumplía años de muerto. Ella aceptó. Así, todos tuvimos que ir, hasta mi perro. Parecía que iba a ser una salida aburrida. ¿Qué podría pasar en un cementerio?

Llegamos al Panteón Jardín. Era un lugar tétrico, lleno de árboles enormes, muchas criptas, y la mayoría de las tumbas estaban destruidas. Parecía un panteón abandonado.

Empezamos a buscar la tumba porque mi abuela no se acordaba de dónde estaba. Tardamos como media hora, hasta que la encontré. Comenzaron a limpiarla pero como yo había bajado a mi perro, le dije a mi mamá que iba a devolverlo al automóvil, porque estaba muy inquieto.

Me fui solo con él. Llegué al coche y lo dejé ahí. Ya iba de regreso cuando se soltó un aguacero. Pensé: “No hay problema. Solo es agua”. Empecé a caminar rápido, para no mojarme tanto, pero no veía nada por la lluvia y porque había mucha neblina. El camino se me hacía eterno y no encontraba a mi familia.

Se empezaron a hacer unos megacharcos que parecían ríos. Estaba un poco nerviosa y comencé a correr cuando de pronto me tropecé con una tumba que estaba poco profunda y ya no tenía lápida, solo era el hoyo. Me caí dentro de la tumba. Ahí había plantas, insectos y lodo. ¡Fue asqueroso!  Me levanté rápido y seguí. Para ese momento ya estaba empapada, sucia y muy nerviosa. Tenía frío y mucho miedo. Me sentía como en una película de terror, donde lo único que me faltaba era ver sombras o que se me apareciera algo.

Estuve perdida como 40 minutos, hasta que se me ocurrió regresar al coche. Llegué y al poco tiempo mi familia, y nos fuimos.

Ahora que lo pienso creo, que ese fue mi karma por lo que le hice a mi novio. Así, prometo no volver a hacerle algo parecido por el momento... Porque la carne es débil. 

domingo, 19 de febrero de 2012

El peor día de mi vida


En la semana una amiga me habló y dijo que teníamos que festejar  mi cumpleaños, aunque ya había pasado. Planeamos ir a un bar el viernes. Llegó el día y nos fuimos al ArticBar. Ahí estábamos  tomando y platicando, y una de mis amigas dijo que me tenía una sorpresa. En eso llegó mi exnovio Leonardo. Se quedó con nosotras y seguimos tomando. Después él  dijo que olvidó algo en su automóvil y me pidió que lo acompañara y acepté.
Llegamos y nos metimos. Hablamos un poco, pero sin que me diera cuenta nos empezamos a besar. Las cosas se calentaron. Nos pasamos a la parte posterior dejando algo de ropa. Pero en un momento abrí los ojos y vi a dos personas afuera del carro y estaban tocando la puerta. Él también se asustó, se levantó y bajó el vidrio. De repente escuché “Por favor bajen del automóvil” y dije "¡Oh, por Dios, es la policía!" Nos vestimos rápido y bajamos. Yo no quería bajar porque me sentía demasiado avergonzada.
Estábamos afuera con los policías y nos estaban echando un chorote que no recuerdo, por la pena. Pero parecía que todo iba a quedar ahí, en un momento muy vergonzoso. Mi ex ya les iba a dar dinero; cuando uno de los policías preguntó mi edad, se la dije. No creí que habría problema, pero él no me creyó y me pidió mi identificación. Iba a buscar mi bolsa cuando recordé que se quedó en el bar, porque se la dejé a una amiga. Expliqué a los policías y no me creyeron. Así, decidieron llevarnos a la Delegación por faltas a la moral y porque supuestamente yo era menor de edad.
Llegamos a la Delegación y tuve que hablarle a mi mamá para que llevara dinero y mis papeles. Leonardo hizo lo mismo, le habló a sus papás. Se me caía la cara de vergüenza. No quería que llegara mi mamá, no quería verla.
Media hora después llegó mi mamá y para mi sorpresa venía con mi tío, que es abogado. Al poco tiempo llegaron los papás de Leo. Quería que se abriera la tierra y me tragara. 
Arreglamos todo y pudimos irnos. En todo el camino no hablé para nada. Llegué a la casa y  lo único que dijo mi mamá fue que mi castigo era la vergüenza que había pasado y la culpa que sentía por haber engañado a mi novio.

lunes, 13 de febrero de 2012

Un año más


Esta semana pasó muy rápido, parecía una semana aburrida como muchas otras, excepto porque el sábado fue mi cumpleaños. No tenía nada planeado para festejar y pensé que sería una fecha que iba a pasar desapercibida.
En el transcurso de la semana hablé con mis amigas y me dijeron que teníamos que hacer algo por mi cumpleaños y mi novio me dijo lo mismo. Así que, empezaron a salir los planes para festejar. Llegó el viernes. Mi novio y yo habíamos quedado en salir para celebrar. Así fue salimos de universidad y fuimos al cine porque yo tenía muchas ganas de ver La Dama de Negro. Acabamos de ver la película y  pasamos a tomar un café y ahí me dio mis regalos. Eran dos muñecos de peluche, una taza, chocolates y un portarretratos. Me encantó todo, fue súper bonito.
 Más tarde llegué a mi casa, me arreglé y me fui con mis amigas. Nos quedamos de ver en el Beer Factory. Como es de costumbre llegué un poco tarde y ellas ya estaban ahí. Estábamos platicando y tomando, y cuando menos me lo esperaba en las pantallas del bar apareció mi nombre y decía ¡Feliz Cumpleaños!, pusieron las mañanitas y el mesero llegó con una rebanada de pastel. Fue un momento  lindo, estaba muy emocionada.  El tiempo se nos pasó súper rápido y cuando nos dimos cuenta ya eran las 2 de la mañana. Así que, nos tuvimos que ir.
Llegó mi cumpleaños, como ya había salido con mi novio y con mis amigas ahora ese día me tocaba quedarme con mi familia para celebrar. En la mañana me pusieron las mañanitas y me dieron mis regalos, me gustaron mucho. En la tarde mi mamá me dio permiso de salir con una de mis amigas pero la única condición que me puso era que regresara temprano.
 Me fui con mi amiga por un café y ahí estuvimos platicando. Regresé temprano, como había quedado. Pero cuando llegué me llevé una gran impresión. Mi familia me organizó una pequeña fiesta sorpresa. Fue muy emocionante.
Al siguiente día había quedado de ir a comer con mis tíos y con mi abuela. Así que, me fui con ellos. Primero pasamos a comprarme ropa porque ese era mi regalo. De ahí llegamos al Cardenal, un restaurante que me encanta.  Después compramos un pastel y nos dirigimos a su casa y ahí partimos el pastel y mi tía preparó unos cocteles.
Fue un cumpleaños muy lindo. No imaginaba que me la iba a pasar tan bien, quizá no hice algo muy divertido, como años pasados, pero me la pasé muy bien con toda la gente que quiero.


domingo, 5 de febrero de 2012

Una cita divertida


El jueves de esta semana mi novio y yo quedamos en ir al cine. Queríamos ver Tenemos que hablar de Kevin. Así que llegó el día y todo parecía que iba a salir bien. De esa semana fue el único día que no estaba haciendo mucho frio, ni teníamos tarea y salimos temprano de la universidad. Cuando íbamos para el cine empezó a llover mucho, pero pensamos que importa ya casi llegamos y no pasa nada. Faltaban algunas calles para llegar al cine pero nos tuvimos que bajar ahí. Íbamos corriendo para no mojarnos tanto, pero en eso un carro pasó muy pegado a la banqueta y nos empapó. El agua estaba helada y muy sucia. ¡Fue asqueroso!. Primero los dos nos quedamos pasmados, pero después lo vi todo mojado, con la cara como con lodo y me dio un ataque de risa. A él le pasó lo mismo porque yo estaba exactamente igual.
Después de unos minutos reaccionamos y no sabíamos que hacer. Obviamente al cine ya no podíamos entrar, a la plaza que estaba ahí no nos dejaban pasar porque estábamos demasiado mojados, sucios y creo que olíamos un poco feo. Decidimos que nos teníamos que regresar pero el problema era cómo, porque los taxis no nos querían llevar, por como estábamos, en un camión menos. Así que la única opción que nos quedó fue irnos caminando a mi casa, al fin que no estaba tan lejos del lugar donde estábamos. Caminamos casi media hora y seguía lloviendo mucho. Como ya estaba oscureciendo y las calles estaban tan encharcadas, no me fijé, pisé mal y me caí en un charco. Fue tan vergonzoso que me quedé ahí algunos segundos y lo único que hice fue reírme y mi novio se empezó a burlar. Al igual que las personas que iban pasando por ahí, se me quedaban viendo y hacían una sonrisa burlona. Después de mi penoso accidente llegamos a mi casa. Nos cambiamos y acabamos viendo una película en la televisión y comiendo palomitas de microondas. Pero después de todo nos la pasamos muy bien.
 Cuando nos pasó todo me sentía algo mal, porque si era una situación media vergonzosa. Ahora que lo pienso fue una cita muy graciosa en lugar de que fuera un desastre. Lo único malo después de todo es que estoy enferma de gripe, pero es un recuerdo de una cita muy divertida.